Y fue ahí cuando me reabrieron la cicatriz y comprendí que nunca me había dejado de doler, sino que poco a poco me acostumbre al dolor pero no se si fue bueno pues ahora todo vuelve de forma intensificada.
Gritos en mi cabeza me nublan el pensamiento, todo esta borroso, no escucho, no veo, no hablo, solo siento y ojala no sentir.
No lo soporto, me arañan, me parten, me destruyen y solo dejan ruinas por donde pasan.
Grito que se callen, que me dejen, que me olvides pero solo consigo enfadarlos más y entonces vuelven con pistolas, tanques y bombas para hacer de mi una ciudad fantasma a la que nadie quiera acceder y solo los valientes se atrevan a entrar, pero ya sabemos como acabará.
Todos huirán asustados hablando terrores de aquella ciudad, pero nadie se habrá dado cuenta que entre tanta ruina escondida en las sombras había una niña pequeña llena de color.
Se encontraba ahí, echada sobre sus rodillas, con sus manos en la cabeza gritando a aquellas voces que se callaran que lo único que quería era ser feliz y antes de su ultimo susurro pidiendo auxilio logro ver a esa persona riéndose de ella, esa misma que reabrió su cicatriz y la dejo en ruinas
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